domingo, 25 de enero de 2009

Táctica Correcta Durante una Revolución y La Revolución por Decretos está Condenada al Fracaso

Los anarquistas queremos una Revolución Social, un revolución en la que el pueblo, la clase trabajadora participe activamente sin dirigentes ni dirigidos. Una revolución sin vanguardias que se erijan en "representantes" de la voluntad popular y que acaben traicionándola como han hecho hasta ahora pues solo aspiaran a controlarla y hacerse con el poder. La revolución social no aspira al poder si no a destruirlo y crear unas bases para lograr una sociedad libertaria construida horizontalmente entre todos su miembos. Creando lazos de solidaridad y apoyo mutuo.
Esta táctita es diametralmente opuesta a la de los comunistas autoritarios, de los marxistas. Involucrarnos en la suya supone una pérdida de identidad para los anarquistas, que así olvidaríamos una de nuestras señas de identidad más importantes: la horzontalidad de nuestros planteamientos.
Bakunin así lo expresó en su obra "Socialismo sin estado", en el capítulo "Táctica durante la revolución" y en "La Revolución por Decretos Está Condenada al Fracaso"

"Táctica Correcta Durante una Revolución"
"En una revolución social, en todo opuesta diametralmente a una revolución política, los individuos apenas y cuentan, mientras que la acción espontánea de las masas lo es todo. Todo lo que los individuos pueden hacer es clarificar, propagar, y desarrollar las ideas que corresponden al instinto popular, y, cosa aun más importante, contribuir con sus esfuerzos incesantes a la organización revolucionaria del poder natural de las masas. Pero nada más que eso; el resto sólo podrá hacerlo el propio pueblo. Cualquier otro método llevaría a la dictadura política, al resurgimiento del Estado, de los privilegios, de las desigualdades, y de todas las opresiones estatales; es decir, llevaría de una forma indirecta, aunque lógica al restablecimiento de la esclavitud política, económica y social de las masas populares.
Como todos los socialistas sinceros, y en general como todos los trabajadores nacidos y crecidos entre el pueblo, Varlin y sus amigos compartieron en grado sumo este prejuicio perfectamente legítimo contra la iniciativa procedente de individuos aislados, contra el dominio ejercido por individuos superiores; siendo sobre todo coherentes, extendieron el mismo prejuicio y la misma desconfianza a sus propias personas".

La Revolución por Decretos está Condenada al Fracaso.

"Frente a las ideas de los comunistas autoritarios -ideas falaces, en mi opinión- de que la Revolución Social puede ser decretada y organizada por medio de una dictadura o de una Asamblea Constituyente, nuestros amigos, los socialistas parisinos, sostienen que la revolución sólo puede ser emprendida y llevada a su pleno desarrollo a través de la acción masiva continua y espontánea de grupos y asociaciones populares. Nuestros amigos parisinos tienen mil veces razón. Porque, en realidad, no hay cerebro, por muy genial que sea, o -si hablamos de la dictadura colectiva de algunos centenares de individualidades supremamente dotadas no hay combinación de intelectos capaz de abarcar toda la infinita multiplicidad y diversidad de intereses, aspiraciones, deseos y necesidades reales que Constituyen en su totalidad la voluntad colectiva del pueblo; no existe intelecto capaz de proyectar una organización social que pueda satisfacer a todos y cada uno.
Tal organización será siempre un lecho de Procusto en el que la violencia, más o menos sancionada por el Estado forzaría a la desdichada sociedad. Pero este es un viejo sistema de organización, basado sobre la fuerza, que la Revolución Social suprimirá para dar plena libertad a las masas, los grupos, Comunas, asociaciones e individualidades, destruyendo de una vez por todas la causa histórica de toda violencia: la misma existencia del Estado cuya caída supondrá la destrucción de todas las iniquidades del derecho jurídico y de todas las falsedades de los diversos cultos -derechos y cultos que han sido siempre, los canonizadores complacientes, tanto en el terreno ideal como en el real, de toda la violencia representada, garantizada y autorizada por el Estado.Es evidente que sólo cuando el Estado haya dejado de existir, la humanidad obtendrá su libertad, y que sólo entonces encontrarán su auténtica satisfacción los verdaderos intereses de la sociedad, de todos los grupos, de todas las organizaciones locales y, en consecuencia, de todos los individuos que forman tales organizaciones".

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La Hora de la Revolución

"Para Liberarse de la Esclavitud se Necesitan Hombres y Mujeres que Aspiren a ser Libres"

Los textos de Malatesta (1853 - 1932) no solo están vigentes todavía, sino que siguen siendo de fácil comprensión para el pueblo, por lo que son excelentes para la propaganda anarquista.
Para Malatesta, el objetivo de la propaganda anarquista es destruir el principio de autoridad; la revolución destruirá toda fuerza organizada que pueda constreñir a los hombres a actuar contrariamente a su voluntad.
Los objetivos inmediatos del movimiento anarquista según Malatesta son:hacer propaganda, agitar y organizar; a ellos dedicará su vida.
"Errico Malatesta, Escritos" publicado por la Fundación de Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo.
http://www.cnt.es/fal